La dicotomía salud/enfermedad se encuentra plasmada en las manifestaciones más básicas de toda cultura, la pérdida de la salud y su asociación a la pérdida de la vida, la convierte en una preocupación constante.
La medicina por tanto es una creación científica y social que solventa una necesidad concreta, el permanecer vivos, esta conexión entre conceptos opuestos como salud-enfermedad, vida muerte, bueno-malo está directamente relacionada con las manifestaciones culturales y sociales de todo grupo humano. Durante un importante periodo de la historia moderna la medicina
occidental impuso su propuesta de prevención, servicio y curación como la única alternativa científica para combatir la enfermedad y prolongar la salud, muchas instituciones internacionales fomentaron y fortalecieron el sistema, sin embargo durante los últimos cincuenta años las personas en su búsqueda de la tan anhelada salud, han recurrido al conocimiento de otras culturas, aun cuando sus técnicas de curación eran consideradas ilógicas y no científicas y por tanto no podrían ser consideradas como válidas. Prácticas que en su mayoría eran consideradas charlatanerías que tomaban en cuenta otros factores como el espíritu, la relación armónica con la naturaleza o con Dios y la felicidad como parte integral de la salud.