Es conocida la afirmación del “Acta de la independencia de Guatemala de 1821”, en donde los criollos escribieron que era preferible declarar tal separación para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo. En el párrafo en donde se hace esta declaración, también se afirma que la independencia del gobierno español era la voluntad general del pueblo de Guatemala. Estas frases aluden por una parte al temor de los criollos ante el levantamiento de los indígenas. Por otro lado, como es obvio, demuestra la manera en que los criollos se apropian de la representación del pueblo al firmar dicho documento, desde el palacio de gobierno, en la ciudad de Guatemala.
El temor que tenían los criollos al pensar en la violencia que podría desatar el pueblo, no era infundado. Como gobernantes durante la dominación colonial española, habían reprimido los levantamientos indígenas, por ejemplo, los que se habían producido en las primeras dos décadas del siglo XIX. En este sentido, no temían solamente por España sino por ellos mismos como personas y como la elite que había gobernado el imperio a nivel local. Como élites despiadadas, que habían sido, temían por la guerra de castas y en este sentido, también en la imposibilidad de su plan de dominación total que empezaba en ese momento, es decir, en 1821. Un proyecto que ellos mismos intentaban legitimar a través del documento que consensuaban, según su discurso, como deseo del pueblo. En este sentido, formaban un grupo que se arrogaba el liderazgo político y moral al declarar la independencia en nombre de los otros y según sus palabras, de manera civilizada.
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