La actividad agrícola ha sido fundamental para las comunidades indígenas, a lo largo del tiempo. Al trabajar la tierra y comercializar los productos ellas siguen suministrando alimentos a las ciudades, lo cual significa que tienen un papel esencial en la economía de Guatemala y en el proceso específico de la reproducción de la vida. La alimentación es un hecho básico a la que están contribuyendo estas comunidades.
Analizar su situación actual es importante por dos razones: porque su actividad es esencial para la sociedad en general pero también, porque las comunidades y familias productoras han sido arrinconadas tanto por el Estado, como por el resto de la sociedad a lo largo del tiempo.
En este número se toma el municipio de Patzicía como un lugar específico para examinar los problemas que enfrentan los productores de hortalizas frente a la pandemia COVID 19.
[wpdm_package id=’659′ template=’link-template-default-ext’]